Por
segunda vez en lo que va de noche, llora una muchacha oculta en la
oscuridad del parque del retiro, Miguel escucha ese llanto
desgarrador de nuevo en su camino a casa y sin pensarlo cambia el
rumbo de sus pasos para dirigirse a la puerta del ángel caído. Un
escalofrió le recorre la espalda cuando ve que esta se abre al
aproximarse a ella. Parado mira al interior, la oscuridad junto a
la niebla de esa noche hace que el pasaje sea un tanto terrorífico.
Son
las dos de la madrugada y el parque debería estar cerrado pero en
contra de todo pronostico, este sigue abierto y alguien se encuentra
en su interior pues su llanto llega hasta la calle Alfonso XII.
El
llanto de la joven lo atrae, el siente el dolor de ella, y sin darse
cuenta comienza a llorar, la densa bruma junto a sus lagrimas hace
que no vea mucho más de un metro de donde esta, a pesar de ello
continua su camino en dirección al llanto desolado que escucha.
Sabe que esta cerca, cuando un cuervo negro asustado emprende el
vuelo desde uno de los arboles cercanos llamando su atención. Y ahí
la ve, una joven vestida de negro con el cabello violeta de rodillas
en el suelo y las manos tapando su rostro, debido al llanto la
joven hiperventila y tiene unos dulces hipidos que cautivan a Miguel.
—¿Hola
estas bien? —pregunta el joven conmovido
Al
ver que no recibe respuesta se acerca a ella despacio para no
asustarla. Una alarma se enciende en su ser cuando al acercarse ve
que las manos de la joven están llenas de sangre. Acercándose más
la coge de los brazos y levantándola consigue que retire estas de su
cara, lo que ven sus ojos no lo puede creer. La suelta con terror y
da unos leves pasos atrás.
—Hola,
Miguel —dice la joven con los brazos extendidos a lo largo de su
cuerpo y los ojos fijos en el chico
—Ho...,
hola ¿como sabes mi nombre? —pregunta el muchacho mirándola con
miedo—¿por qué tus lagrimas son de sangre?
—Estoy
aquí por ti —responde la joven dando un paso hacia él— y mis
lagrimas son de sangre porque no soy humana —continua dando un
nuevo paso adelante
—¿Qué
buscas de mi? —pregunta Miguel intentando mantener la calma—
¿por qué llorabas?
A
pesar de el miedo que le tiene, no puede negar que es una joven muy
bella, si bien es extraña, tiene un algo que hace que Miguel se
sienta atraído hacia ella.
—Busco
tu don, ya que no eres un humano cualquiera —responde acercándose
más a el — y lloro porque debo convertirte en uno de los nuestros
para poder poseer tu alma y tu don.
—No
lo entiendo —responde Miguel mirándola a los ojos.
—No
debes entender, nada solo saber que por siempre estarás unido a mi.
Cierra los ojos.
Y
en la oscuridad de la noche Miguel perdió la vida a mano de la
doncella que seria su pareja por toda la eternidad para convertirse
junto a ella en uno de los guardianes de la humanidad.
Samy
S.Lynn
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