"Otro relato para un concurso que era "Navidad Alternativa. Y es que con todo lo que esta sucediendo hoy en día lo que me vino a la mente es lo siguiente. Espero que os guste"
Las
calles están llenas de luz y color, otra vez es navidad.
Esto
es un juego macabro del destino. La gente sonríe, se abraza, compra
regalos, y comida a raudales. Las personas felicitan las fiestas a
quienes en fechas normales ni saludan si se cruzan por la calle, se
dan besos, abrazos y parecen que todo el mundo es feliz y esta lleno
de color. Esto es lo que muestran las navidades ¿pero es la
realidad? No, el hecho es que vivimos en un mundo lleno de falsedad y
mentira, cansada de ver tanta hipocresía me adentro, por las calles
más oscuras donde hay familias enteras que se han quedado sin casa,
niños que este año no tendrán regalos, ni tan siquiera tendrán un
trozo de pan duro que llevarse a la boca. Al girar una calle veo como
una niña se acerca a mi, no tendrá más de siete años, esta sucia
y su vestido esta roto, tan solo me mira, le sonrió con tristeza
mientras levanto la mirada buscando a su familia, la cual encuentro
llorando, cuando me acerco veo a una mujer mayor muy enferma.
—No
podemos, pagar el hospital, ni comprar medicamentos —dice el hombre
que esta a su lado, sin levantar la mirada de la mujer.
Asiento
y dándome la vuelta sigo mi camino, intentando pensar como podría
ayudar a esa familia y a donde llegara la humanidad. Noto que alguien
me sigue, al girarme me encuentro con la niña a la que le doy el
poco dinero que me queda en la cartera, tan solo cincuenta euros.
—Volveré
—digo pensando en traer comida y algo de ropa para la pequeña.
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