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miércoles, 8 de enero de 2014

Amor en las sombras -2 capitulo-


2, Margareth


Hola preciosas, un café con leche y un cola cao ¿verdad? Ambos con tostadas de tomate —dice el camarero
Sí, Jorge lo de siempre —digo con una amplia sonrisa.
Este chico cada día esta más bueno —dice Samantha— ¿qué estas mirando?
A esos dos policías que vienen directos aquí.
Entonces veo como se gira con disimulo, pero a mi no me engaña su gran debilidad son los uniformes.
¡Ohhh, por Dios! Yo quiero que me detenga el moreno. ¡¡Ha ese le enseñaba lo que es una mujer de verdad!! —dice volviéndose hacia mi.
Pues igual podrías hacerlo ahora. Porque me da que es verdad que van a venir hacia aquí. Están hablando con Jorge y él señala esta mesa.
Buenas días señoritas, ¿son ustedes las propietarias de “Temis detectives”? —pregunta el policía que le gusta a Samantha, acercándose a nosotras.
Sí, ¿podemos saber quien lo pregunta? —digo mirándolos fijamente.
La policía —contesta el compañero de este arqueando una ceja.
Es impresionante, atractivo, tiene el pelo rapado, los ojos verdes, un cuerpo atlético es moreno de piel y tiene una cara de niño bueno que me vuelve loca.
Señor agente, creo que de eso ya nos hemos dado cuenta, pero suponemos que tendrán nombre ¿no? —Dice Samantha arqueando las cejas y poniendo los ojos en blanco
¿Hemos infringido alguna ley? —Pregunto poniéndome nerviosa
No —dice el primer policía
Entonces por qué no se sientan, nos dicen sus nombres y el porque nos buscan —. Responde Samantha, empezando a sentirse molesta de verdad.
Vale, mi nombre es Derek y él es Gabriel —dice el moreno que le gusta a ella.
Tengo la suerte de que Gabriel se siente justo enfrente de mi así podré observarlo mejor.
Jorge ponles a los agentes lo que quieran tomar —. Digo girándome hacia el camarero.
En los minutos que tarda en traer un café solo y una coca cola, los cuatro nos miramos sin decir ni una palabra.
Bueno, ustedes dirán —dice Samantha poniéndose seria.
Venimos a hablar con ustedes, porque fueron victimas en uno de los casos más importantes del año pasado. Estamos obligados a avisarles que dos de los imputados en ese caso han quedado libres gracias a su gran nivel adquisitivo. No creemos que vayan a venir a por ustedes, pero estaríamos más tranquilos si aceptaran tener vigilancia —dice Derek muy serio
¿Perdón? —digo sin creer lo que escuchan mis oídos—. ¿Estás diciendo que esos mal nacidos que casi nos matan están libres?
Si señorita —responde Gabriel
Pero vamos a ver, ¿para qué coño esta entonces la policía? —digo elevando la voz.
Señorita nosotros hemos hecho lo que hemos podido se lo aseguro, pero la justicia es así —contesta Derek
Sí, una mierda —responde Samantha empezando a perder la paciencia.
Un segundo —digo mirando a Samantha— ¿y si han sido ellos los que se han llevado a Sheyna?
¿Quién es Sheyna? —pregunta Derek cuando ve que ambas nos giramos hacia ellos.
Es una amiga nuestra, un poco alocada pero es nuestra amiga —comentamos a la vez
¿Cuanto hace que desapareció? —pregunta Gabriel
15 días aproximadamente —respondo notando como las lagrimas acuden a mis ojos.
Entonces es imposible, ellos salieron esta mañana —dice Derek —¿Por qué no habéis denunciado la desaparición?
Porque es mayor de edad y ya sabemos como funciona la justicia ¿no? —contesta Samantha bastante exasperada
Señorita por favor tranquilícese, centrémonos primero en lo de ponerles vigilancia —dice Gabriel intentando calmar las chispas que salen de Samantha y que parecen cruzarse con las que salen de Derek
No, lo sentimos pero no queremos a nadie vigilando nuestros movimientos, recuerden que ante todo somos detectives ¿qué imagen daríamos? —Decimos a la vez con una mirada desafiante.

martes, 7 de enero de 2014

Amor en las sombras





Amor en las sombras
Samy S.Lynn


©Textos Samy S.Lynn (Sandra Marín Sáez) 2014

Obra registrada, no se permite la reproducción total o parcial de este libro sin permiso de la autora.

Sinopsis:
Samantha y Margareth son amigas desde pequeñas siempre les ha gustado la investigación, en un principio querían entrar a la policía pero pensaron que entonces debían obedecer a las personas que estuvieran sobre ellas cosa que no pensaban hacer. Así que ambas montaron una agencia de detectives, en la cual el sexo femenino era el predominante, quien mejor para adentrarse en un caso que una mujer, somos inteligentes, sensuales, y muy malvadas. Sheyna también pertenece al su grupo pero a diferencia de ellas, siempre a querido ser una actriz famosa, sus deseos la llevaran a adentrarse en un mundo lleno de dolor, drogas y trata de blancas.

Derek y Gabriel son dos policías atractivos que las llevaran por la calle de amargura.

Una novela llena de pasión, sexo y drama.


1, Samantha

Encerrada en mi despacho intento ordenar el caos de papeles que tengo sobre la mesa. Todo me recuerda a aquella pesadilla, tal vez debería quemarlos, y seria un recuerdo menos, pero aun así quedarían mis cicatrices para recordarme aquel error.

¡Samantha no tengo ni idea de donde esta Sheyna! — grita Margareth entrando en mi despacho de golpe— hace más de quince días que no se nada de ella
Pasa Margareth y ponte cómoda —respondo exasperada, pues no hay cosa que más me moleste que el hecho de que entren en mi despacho sin tocar y gritando—. Cuéntame, ¿qué sucede?
Como te estaba diciendo, Sheyna ha desaparecido
¿Estas segura? Mira que como bien sabes ella esta obsesionada con ser actriz y ese loco sueño la lleva a desaparecer durante largos periodos de tiempo
Pero siempre lleva el móvil encima. He estado en su casa, parece que no ha pasado en semanas. Además el móvil lleva días apagado la última vez que hable con ella fue hace 15 días y me dijo que se iba con un tal Matt. Que le había dicho que seria una actriz fantástica. Estoy segura que le ha pasado algo.
Margareth, ¿ahora te dedicas a entrar en casas ajenas?
Samantha, sabes que de normal no me equivoco
Vale, tienes razón. Es un poco extraño lo miraremos
Gracias —dice más tranquila —. ¿En que estabas trabajando cuando he entrado?
Estaba revisando el caso de la familia Martinez
Uff..., ese caso es mejor no recordarlo. Todo salio mal.

Un año antes...

Llegamos a Madrid con el encargo de encontrar y recuperar a Juan Martinez, el cual supuestamente trabaja para la familia Montenegro una de las más importantes de la mafia argentina. Cuando logramos encontrar a Juan no esta exactamente trabajando para ellos si no que es usado cruelmente como esclavo, lo drogan para que obedezca cualquier orden. Durante meses estamos observando los pasos que siguen. Uno de los sale salia siempre a la misma discoteca, con un grupo de amigos que se dedica a jugar con los más débiles, la diversión más habitual entre ellos es la de dar palizas a los chicos y si estos tienen pareja las violan
Salimos de la discoteca en dirección a la casa que tenemos alquilada, cuando dos coches negros nos empiezan a seguir, a pesar de que intento perderles uno de ellos consigue ponerse delante y cortarnos el paso haciendo que nos paremos en seco para no empotrarnos con el pequeño Ford Ka que hemos alquilado
Vemos salir cuatro hombres vestidos de negro y con pasamontañas, vienen en dirección a nosotras, cuando intento arrancar vemos que sacan armas.
Señoritas salgan del vehículo muy despacio y con las manos en alto —dice uno de los hombres con un fuerte acento sudamericano
Salimos despacio del coche levantando las manos. No podemos hacer nada son demasiados y ademas están armados. En cuanto estamos fuera nos cubren los ojos con unos trapos llenos de grasa, que huelen a gasolina y seguidamente nos meten en uno de los coches. «Por lo menos estamos juntas» pienso.
Después de lo que parece una eternidad el coche se detiene
Hemos llegado —dice el primer hombre
Nos sacan del vehículo y nos arrastran por lo que parece un camino de tierra con demasiados baches y piedras. Subimos media docena de escalones, que al tacto de los zapatos parecen ser de piedra, escuchamos como abren una puerta que chirría de una forma terrorífica, hemos entrado a algún sitio seguimos con los ojos tapados. Cuando creemos que ya se ha terminado escuchamos abrir una segunda puerta y nos empujan hacia ella.
Cuidado con los escalones, no queremos que el jefe se encuentre la mercancía dañada —dice otro de los captores
Bajamos las escaleras empujadas por los individuos, son de madera, están sucias y crujen a cada paso que damos. Habrán más de una veintena de escalones cuando más abajo estamos más huele a humedad y polvo, aun así no tardamos en llegar, por fin nos quitan los tramos de los ojos y podemos ver qué nos depara el futuro, uno que parece muy oscuro. Ante nuestros ojos se abre paso una gran mazmorra llena de artículos de tortura y varias celdas con grandes puertas de hierro en las que solo hay una pequeña ventana con barrotes y vistas a lo que podría denominarse sala de tortura al estilo de la inquisición
Pasan los días de tal forma que pierdo la noción del tiempo, no se si es de día o de noche, no se en que día estamos, cuanto tiempo llevamos aquí, las torturas cada vez son más largas y continuas, tal vez no haya un mañana ahora mismo seria el mejor regalo que podría recibir.
Con cada golpe siento que mis entrañas se desgarran, mi respiración acelerada hace que este más cerca de mi ultimo aliento. Miro a Margareth y me siento culpable. Si le hubiera hecho caso ahora mismo no estaríamos así. No, yo quería adentrarme un poco más averiguar que escondían Dimitri y su familia y ahora lo estoy viviendo en primera persona, un propio mundo de tortura, experimentos con seres humanos que estoy sintiendo en mis propias carnes. Mis labios agrietados por el frio, mi cuerpo debilitado por la falta de alimentos y agua, me lo recuerdan a cada segundo. ¿Cuantos días llevamos sin beber?¿y sin comer? Margareth ya no reacciona, no abre los ojos, y su respiración es tan débil que a veces pienso que la he perdido.
Escucho un ruido en la parte de arriba, ¿son disparos? Mi corazón se acelera y el miedo me bloquea cuando escucho que alguien baja a toda prisa las escaleras.
Cierro los ojos con fuerza, ha llegado nuestra hora, nuestros últimos instantes de vida. Escucho como abren la puerta de la celda donde nos tienen encerradas.
Desencadenadlas y sacadlas de aquí. Vosotros llamad a emergencias y decir que hay dos supervivientes. Pero que se den prisa, porque están muy mal heridas. El equipo A que vaya a revisar las otras celdas.
Jefe no podemos cortar las cadenas
Por dios, ¡sois una panda de inútiles! ¡Gab! Encárgate de la que esta en el suelo, yo soltaré a la de la pared
¡A la orden!
Vosotros id con el equipo de superficie a peinar la zona.
Noto como alguien sujeta mi cuerpo mientras abren las esposas que me sujetan a la pared. Cuando abro los ojos me topo con una mirada de un azul tan claro que parece gris, su rostro esta tapado por un pasamontañas y va vestido con lo que parece un uniforme totalmente negro.
¡No me toques! —Grito notando sus fuertes manos sujetándome
Señorita necesita ayuda
Sí, claro y como se que sois de los buenos
Señorita pertenecemos al equipo especial de policía
Sí, claro y yo soy Bella de “Crepúsculo”, no te jode.

Al final los supuestos policías resultaron serlo de verdad y nos dejaron en una ambulancia que rápidamente nos llevo al hospital donde pasamos más de dos meses ingresadas —respondí a Margareth saliendo de mis pensamientos
Sí, y como recuerdo de ello tengo varias cicatrices.
Recojo todos los papeles que hay sobre la mesa de forma apresurada. Es verdad, no es un gran recuerdo.
Te apetece que bajemos al café Cabana a tomarnos un café y lo hablamos todo
Sí, creo que me vendrá bien un café con leche.
Salimos del despacho cogiendo los bolsos y los abrigos, dejamos un papel pegado en la puerta en el que se puede leer:

Volvemos en 15 minutos estamos en Café Cabana”